Nos apasiona lo que hacemos.

Trabajábamos en el negocio familiar, un negocio de venta de antenas parabólicas, un negocio que en realidad ya no tenía empleados, solo éramos mi papá, mi hermano mayor Rafa y yo, Rodrigo.

El negocio comenzó a quebrar con la llegada al mercado de tecnologías como la televisión satelital y el cable. Pero nosotros no sabíamos que estábamos quebrados, seguíamos con la ESPERANZA de que el teléfono sonara nuevamente y atender a un cliente que siguiera interesado en nosotros. Pero las llamadas no llegaban; la principal SEÑAL que nos hizo darnos cuenta fue que no teníamos dinero, llevábamos semanas ganando 200 pesos cada uno. Rafa y yo decidimos dejar ese negocio, fue muy duro para mi papá, él no quiso seguirnos. 

En la colonia donde vivía Rafa iban a cerrar la entrada con un portón de herrería el cual cotizaban en $ 60,000.00 pesos, fue cuando vimos la oportunidad de obtener ese ingreso y nos presentamos a la junta de colonos, diciendo que éramos unos expertos herreros y que podíamos hacer el portón a un mejor precio, lamentablemente, muchos no se convencieron de que lo fuéramos y perdimos la venta, sin embargo, algunos vecinos se quedaron con la idea de que si éramos herreros y nos empezaron a pedir trabajos de herrería para sus casas. 

Pero surgía un nuevo problema: no teníamos herramienta, ni camioneta para cargar el acero, mucho menos un taller para hacer la herrería, ni gente para trabajar, ni experiencia. 

Entonces recordamos que teníamos una máquina de soldar con la que hacíamos reparaciones a las antenas parabólicas y hacía falta una cortadora de metales, entonces Rafa empeñó su cadena de oro para comprarla (la cual perdió, ya que no pudimos pagar la boleta de la casa de empeño). Herramienta “resuelto”.

El carro que tenia Rafa lo cambiamos por una camioneta, claro, sin dar un centavo (dicho cambio fue favorable para quien obtuvo el carro, pero no nos importó, el punto era que necesitábamos una camioneta). Camioneta “resuelto”.

El siguiente paso era conseguir el taller pero, sin dinero, nos vimos en la necesidad de trabajar en la calle y en terrenos que solitarios, que, como no tenían electricidad, la tomábamos de espacios públicos, de la calle; (esto nos causo algunos problemas con la gente que vivía cerca, ya que hacíamos mucho ruido, además notaban variaciones en la intensidad de la electricidad en sus casas y, por otro lado, estaba el riesgo latente con la policía, ya que está prohibido hacerlo. Taller “resuelto”.

Rafa y yo éramos la empresa; la experiencia era que Rafa había soldado algunas antenas parabólicas, contamos esto como una AMPLIA EXPERIENCIA. Personal y experiencia “resuelto”.

Después de pasar algunos meses trabajando en la calle, por fin pudimos juntar algo de dinero para buscar un taller, el cual no fue precisamente un taller, era una casa muy vieja que nos rentaron en $ 500 pesos mensuales. 

Pero ahora que ya teníamos más de ingresos, aún no nos sentíamos conformes, ni con el dinero que estábamos generando ni con que nos dijeran Herreros,(respetamos el oficio, pero eso no era lo que queríamos ser). Fue entonces cuando vimos la oportunidad de empezar a automatizar los portones que hacíamos, ya que un cliente nos solicito que automatizáramos un cancel y accedimos pues ¡somos expertos! Una vez que empezamos a comprar más y más motores para automatizar cocheras, nuestro proveedor se nos acerco y nos propuso vender los portones tipo americano, (ganábamos $1,500 por cada motor en 1 día, acá por cada portón eran $ 7 mil por un día) y, por supuesto, dijimos que SÍ. Después descubrimos las puertas de cristal automáticas, en las cuales ya podíamos ganar $35 mil, posteriormente, la automatización de accesos, etc., etc.

 Nota: por cierto, la automatización fue lo que nos ayudo a que por fin dejáramos de ser herreros. Sinceramente, aún no nos sentíamos cómodos como automatizadores.

Después de permanecer en el mercado de la automatización por 8 años, uno de nuestros primeros clientes de cuando empezamos con los portones, nos llamó y nos preguntó si nosotros podíamos automatizar su estacionamiento (un mercado completamente nuevo y distinto a automatizar cocheras). Y claro, nuevamente dijimos que Sí. 

El cliente nos dió el anticipo en diciembre de 2009. Para el 1 de enero de 2010, ya estaba en Hong Kong, negociando, (por cierto, nunca había hecho un viaje internacional y como no sabía hablar inglés me llevé a un amigo con todo pagado como traductor, de ahí pasamos a China y a Taipéi, donde cerramos la compra de las maquinas, las cuales nunca pudieron funcionar bien al estar instaladas en Guadalajara. Fue en ese momento cuando tomamos la decisión de hacerlas nosotros, ya que uno de nuestros principales valores siempre ha sido dar soluciones al cliente a cualquier precio. Entonces nos convertimos en fabricantes

A partir de 2011 nos enfocamos 100% al mercado de la automatización de estacionamientos, y en el 2012 empezamos como fabricantes al detectar importantes debilidades en nuestros competidores, quienes no solucionaban las necesidades de los clientes. 

Pero aquí empieza un gran problema, los clientes nos pedían referencias, las cuales teníamos solo una y, además, no confiaban en las maquinas hechas en México.

 Nota: 

Nuestros esquemas actuales son:

Venta de contado

Arrendamiento

Pago bajo resultados

Hoy en día somos uno de los fabricantes con mejor calidad y tecnología en América Latina. Estamos centralizados en México, principalmente en Guadalajar, llamado el Silicon Valley de México y hemos empezado a exportar a Sudamérica, principalmente a Perú

Muchas veces nos preguntan al escuchar la historia ¿cómo le hicimos? Y la receta secreta tiene sólo dos: HAMBRE Y ESFUERZO.